Demasiadas expectativas sobre una reforma laboral que
no deroga las partes más lesivas de la de 2012 y que han llevado a un texto que
decepciona.
Las principales modificaciones están dirigidas a
·
Combatir la temporalidad y precariedad laboral, a
través de medidas en la contratación y desincentivación.
·
La ampliación del uso de los ERTE para evitar despidos
colectivos.
De las medidas impuestas por la anterior reforma sobre
la negociación colectiva, solo se aborda la restauración de la ultraactividad y
la prevalencia del convenio sectorial en la cuantía del salario y
complementos.
La reforma ha entrado en vigor, pero las empresas
tendrán un plazo de tres meses para adaptar los contratos vigentes y seis, en
el caso de los contratos de obra y servicio.
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