En los
últimos meses, las trabajadoras y los trabajadores hemos sido testigos y
víctimas, de un proceso devastador: el progresivo declive del grupo. Lo que
comenzó con rumores, cambios estructurales poco claros y promesas de
"reestructuración estratégica", hoy es una realidad imposible de
ignorar, se ha convertido en la pérdida sistemática de proyectos, la
desorganización interna y la reducción acelerada del personal.
La plantilla está disminuyendo a pasos agigantados, entre
despidos y salidas “voluntarias” forzadas por la presión laboral. Lo más
alarmante es que esta reducción de personal no ha venido acompañada de mejoras,
eficiencia o resultados visibles. Al contrario, esta sangría de talento no es
casual: se está produciendo en paralelo a la pérdida de proyectos clave,
y una visible falta de rumbo estratégico.
- Explicaciones claras y transparentes sobre el estado actual de los proyectos.
- Un plan real de recuperación que priorice el empleo y la sostenibilidad laboral.
- Participación activa de los trabajadores y sus representantes en las decisiones estratégicas.
No se puede dirigir una empresa sin escuchar a quienes hacen
que funcione. Sin trabajadores, no hay tecnología. Sin proyectos, no hay futuro.
A pesar de la situación, confiamos en que se pueda
recuperar la confianza de los clientes, reactivar los proyectos clave y
aumentar nuevos clientes. Es fundamental que la empresa se enfoque en
asegurar nuevos contratos y reubicar a los trabajadores, garantizando el
futuro. La reestructuración debe ir acompañada de oportunidades de recolocación
interna, porque un equipo fortalecido es la base para el crecimiento sostenido.
Desde CGT seguiremos alzando la voz. Porque defender
nuestros puestos de trabajo es defender nuestra dignidad.
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